Al mirarme fijamente en el espejo....vi reflejada la imagen de una mujer madura,
sabia, agotada y cansada por el paso de los años; miré fijamente al interior de mispupilas y redescubrí mi esencia. me amo por encima de las convicciones, me respeto y busco de forma incesante en mi interior esa magnificencia divina; la fuerza que me hace seguir luchando contra viento y marea.
Sentimos una necesidad imperante de agradar a los demás, de amar y ser amados...sin darnos, a veces, cuenta de que a quien debemos agradar en primer lugar es a nosotros mismos....es necesario crecer y fomentar el Dios que llevamos en nuestro interior, amarte con tus defectos y virtudes e intentar cambiar aquello que no nos gusta de nosotros....¿Cómo te van a amar si antes no te amas tú..?
Somos parte de la Deidad y como tal tenemos el poder de cambiar nuestra vida, si hay algo que no nos gusta dejarlo escapar, si hay algo que nos enriquece....fomentarlo...es la única manera de que todo se armonice a nuestro alrededor...
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