domingo, 16 de mayo de 2010

Tras una fría losa
















Dedicado a:

A mis abuelos María y Jesús....



No hay nada más entre los dos mas, cual barrera

infranqueable, impide que se vean.


El...recordó al final y empalideció más tarde.

Ella...lloró antes y susurró luego.


Tras una fría losa... se desvelan añorados

recuerdos de un no muy lejano ayer... ya caduco.

Todo fué... la felicidad de un sueño... en una

ansiada tarde de calurosa estación.


Unos furtivos ojos fueron capaces de atraer a

un ser falto de compresión.


La luz...cambió por la noche.

El sol... por la oscuridad.


Palabras convertidas en un gran silencio, un

turbador silencio que sólo se rompe cuando, en

la noche, él la visita.

Es, entonces, cuando ella se sienta y espera su llegada.


La fría losa de marmol es una gran barrera...

infranqueable... pues los separa en dos mundos diferentes.


Vuelve el lobregoso frío a acostarse sobre el

tranquilo y apacible cementerio.

La oscuridad reinante es la señal para irse

y para volver al siguiente alba.


Ella pasa los días pensando, susurrando frases

al silencio, a su amor, al adiós... esperando que,

quizás, un día... la Reina la lleve a dar el gran paso.


El calor cubría un ansia que perduraba... era un

susurro, una idea,una risa... El aroma de

aquellas flores recien cambiadas... creaba

imágenes de un feliz ayer que se amargó luego.


Su olor recordaba a esta mujer... la pervivencia

de una loca ilusión...

... vida... para morir...

... sueño ... para volar...

- estoy contigo... amor... no te olvido...-

Un gran silencio reinaba en la mansa voz de aquella.


Una lágrima... se desiza por su blanca tez...

... Un susurro... una idea y... luego... un

juramento:

"...Te amaré siempre...

aún cuando yo también haya muerto

no te olvido...esperame...".